17 sept 2010

La felicidad en un bocado... El Fronton...

   Hay momentos y cosas en la vida, sean románticos, laborales, deportivos, con amigos, con enemigos, como sean adonde la felicidad se expresa en su más grande esplandor. Yo puedo ennumerar personalmente uno que otro momento o cosa que me hace recordar lo más simple de la felicidad. Si empezamos por mi niñez están todas las veces que mi papá volvía de un viaje y me traía cuantos juguetes y chocolates podía encontrar, en su gran mayoría de las tortugas ninja. Deportivamente, los goles de Evaristo Coronado, Rolando Fonseca y Adrián Mahía en mi amado y glorioso Deportivo Saprissa(ni se gasten en quejarse), el amor infundido desde que recuerdo por el Atlético de Madrid y sus pocos pero gigantes triunfos y en baseball todos los ganes, historias y jugadores de los Yankees de New York.. En música, dejémoslo en Oasis, yo los encontre desde el año 94, ellos me encontraron desde el año 94, también conocido como capítulo 8 de la vida de Daniel Sáenz.

   Pero bueno, ya muy linda la introducción pero aquí hablamos de comida, comida buena, comida excelente, algo que apenas lo prueba lo hace a uno volver a ese momento, lugar o estado de felicidad pura que nadie más puede imaginar. Esa comida para mi como chef, no es diferente que la de cualquier otra persona. No somos seres inmortales como la gente nos hace sonar. No llego a entender en sí porque a la gente le da vergüenza cocinar para chefs, siempre con la misma hablada de "no es que ud es chef, fijo no le va a gustar lo que hago... o la infaltable, no es que lo más seguro va a criticar todo". Aunque sea puedo hablar en nombre mío, de Daniel Sáenz, para decir que yo no me pongo en esas actitudes ridículas. Pero eso lo voy a dejar para otro escrito que estoy preparando (espérenlo).

   Hay un lugar en San José centro, por el parque de las garantías sociales, exactamente a la par del antiguo edificio de la policía enfrente a las paradas de San Rafael y Calle Fallas de Desamparados. Es demasiado pequeño para toda la grandeza que tiene y provee a nosotros sus fanáticos. Es uno de esos lugares que yo amo desde el principio y defiendo hasta el final por manejar el concepto de "vendemos solo 5 cosas, pero esas 5 cosas son TAN BUENAS que valen por 50 normales". Lo mejor es que de esas 5 cosas, 4 son empanadas, la otra es un gallo de torta de carne con una tajada de tomate. Mientras que escribo esto pueden imaginar la sonrisa de Charlie Brown que me manejo solo pensando en esas empanadas, pequeñas almohadas de orgasmos culinarios.

   Y es que entrar a ese lugar es ver la belleza de la simplicidad. No tienen máquinas formadoras de empanadas, grandes mesas de trabajo, ni refris con la mayor tecnología ni nada. No tienen ni adonde sentarse ni platos, pero vayan y hacen una encuesta a ver a cuantas personas les importa eso. Cada empanada que hacen ahí es una pequeña misión. Cada elemento que va en esa línea de producción tiene un rol importante. Tomemos por ejemplo su empanada de carne, créanme, hay empanadas de carne Y LUEGO ESA EMPANADA DE CARNE!!!. La carne se le compra al carnicero de la esquina, no es una mezcla prefabricada o hecha ahí a lo que salga. Es cocinada por varias horas en un par de ollas de presión que parecen piezas de motores de barcos húngaros. Luego son formadas y sumergidas en lo que a mí me gusta llamar, la piscina de la alegría eterna. Una freidora en forma de piscina rectangular, adonde siempre, por más o menos cantidad de producto que se le eche el aceite hirviendo va a salirse en olas chorreando peligrosa pero hermosamente.

    Duran ahí sumergidas lo necesario, ni más ni menos. Apenas salen ni logran ver la luz del día en su totalidad porque son segundos literalmente antes de que los presentes empiecen a pedirlas. Se empieza oliendo, ya desde ahí empieza el dopaje. Con morder esa primera esquina desafiando el calor inmenso que trae de su nado sincronizado en la freidora ya ahí uno cae prisionero. La masa no es la misma que uno hace en la casa o encuentra en cualquier otra soda. Esta es dulce, salada y picante al final. Tiene un sabor que no se puede encontrar en ningún otro lugar, y cuya mezcla con el resto de ingredientes de la empanada hacen de esto un knock out por Mike Tyson (en sus buenas épocas) de sabor.

    Sea que la compren de papa, de queso, de frijol (AAAAALTAMENTE RECOMENDADAS) o de carne, créanme no se van a sentir engañados por esta recomendación. Si hay un lugar adonde en serio se come tan bien que lo hace a uno olvidar todos sus problemas, es en El Fronton. Vayan, pidan una coca, un café o hasta un vaso del aceite de la freidora si quieren, comanse un par de empanadas. Si un par, porque ha sido probado que después de comer una solo un estúpido con E de Jueeeee.... más estúpido no se comería otra de esas empanadas. Vayan, es la puerta rosada a la par de adonde era la comandancia, van a toparse a un gordo que habla mucho y muy fuerte recibiendo a la gente y tomando órdenes y no no soy yo. Coman, disfruten, vivan y experimenten la felicidad en un bocado.

Daniel El Chef Canibal...

16 sept 2010

un chisme urbano

Andan diciendo por ahí entre los rumores de la calle que la gente de Casa Tripartito y los Canibales Urbanos están tramando un par de planes malévolos... Del que más se habla es de un tal Restaurante Tripartito... una noche adonde el diseño y creación de eventos de Casa Tripartito y la gastronomía y loqueras de los Canibales Urbanos se van a unir para volver locos a todos los comensales bienvenidos... Mas noticias sobre esto luego, espérenlo...

Daniel El Chef Canibal...

9 sept 2010

ah siiiii... una cosa...

Con respecto a todo lo que ha pasado en La Bucca y todas las demás quejas que han salido a aflorar en las últimas horas. Maes los Canibales Urbanos amamos a todo mundo(excepto a quienes nos caen mal jaja), aquí no importa si ud es gay, hetero, asexual, arbol, helecho, ameba, perro, silla o pedo. Aquí los aceptamos a todos y nos nos vamos a poner en varas nunca, si son felices como son, di ya saben adonde pueden mandar a la otra gente que se pone en varas.

Los Canibales Urbanos...

De la mona vestida de seda...

Que no se puede entrar en tennis a un lugar. Que una camiseta no es vestimenta adecuada para mantener el decoro y protocolo adecuado de un bar. No se si seré yo el único que a veces ha querido (y ha hecho) decirle a los monos de traje entero de San Gil en la entrada de bares "MAE UD ME ESTA....(agarra impulso) CHINGAAAAANDO". No crean que esto viene a raíz de una mala experiencia en un bar ni nada así. No, yo evito ese tipo de lugares adonde piensan que llegar con la ropa de "dominguear" ya uno es digno de meterse ahí.
Ahora, hagamos esto justo, no va a ser un ataque sin fundamentos ni nada, sino que aquí iremos punto por punto hablando sobre todas las idioteces ridículas en las que se ponen en los bares y clubes de Costa Rica para mantener un "status". Los bares y restaurantes aquí casi siempre se parten en estas categorías:

  • Bares del Proletariado/ Bar Restaurant / Cantinas/ Tomar en la Calle: Aquí no hay código de vestimenta, no importa si se llega vestido como un muerto de hambre o como el hijo de Armani o Carolina Herrera. Aquí es a lo que vinimos, a echarse unas con los compas, cero stress, nada de bouncers necios haciendo caritas de prepotentes. Yo soy fanático de este ambiente, adonde lo menos importante es que si mi camisa es de esas hechas para surfos californianos o si gaste una quincena en una camisa X de esa tienda que rima con Mara. En este mundo no se ve a la gente con cara de desaprobación, no importa que Fulano se mando a 3 guilas o que Chiquita se dio cuenta que su novio le dio vuelta con la "zorra" de Juanita. Vale más un chiste que termine en tomelaaaa o una anécdota de esas que empiezan con "mae una vez me estaba echando una birra...".  Que bello es el mundo así verdad. Recomendación para este tipo: Los Parales en Curridabat, Garros Bar en Vargas Araya, Rio de Janeiro en Barrio México y Arenas en Escazú centro
  • Bares y restaurantes que quieren ser pero no lo son: Estos son mis favoritos en realidad. Son los locales adonde no se dejan todavía vender ante el ambiente plástico urbano. Son los lugares adonde no importa que sea o como sea la persona o grupo de gente, el ambiente y el servicio nunca cambia. La comida es buena, el trago es bueno, la compañia es buena, punto. Ahí es adonde creo yo que si vale la pena en veces vestirse un poquito mejor. Por una simple razón, hacen valer el esfuerzillo ese. Me dirán necio por volver con este lugar pero di, es que ya se hizo mi lugar favorito de San José, Wok and Noodles. Ahí me he dado cuenta que aunque uno llegue hecho un gargajo te dan comida excelente, muy buen servicio y uno que otro chiste para tener ahí mientras que esta sentado. Sin olvidar que uno a como puede estar escuchando Depeche Mode en dos segundos puede pasar a escuchar Jose Jose o cualquier otra cosa. Sigo pensando que el ambiente todavía es bello. Recomendaciones: Wok and Noodles en la Cali, La Casona de Laly en Escazú, El Morazán en San José Centro, Henry's en Escazú y Motor Psycho en Santa Ana.
  • Los bares y restaurantes que se vendieron o entran ya vendidos: He aquí la manzana de la discordia. Yo los llamo los lugares de ambiente de supositorio. Todo empieza con las filas, los dresscodes y todos los demás problemas que uno le pueda poner a un bar. Ya para cuando uno entra uno va con una de dos caras, o la cara del supositorio pequeño, el que uno puede dejar pasar pero aún así queda el recuerdo y no lo hace disfrutar en serio a uno o la cara del supositorio soviético para morsas. Esa cara de mae... ni me hable... no me importa si mi camisa Hollister se vea mal, aquí estoy, ya entre... AHORA DEJENME EN PAZ NASOJDBOBFAOPWIOF!!!!!!!!!!!!!!!!!!! En estos locales uno casi siempre ve como se maneja la sociedad clasista de Costa Rica. Por un lado están los chiquitos de papi y mami cuyas conversaciones se basan en "eeeyy se acuerdan de la peda en Punta o uuuuyyy que varas en la fiesta de". En esos grupos aunque parezca que se están divirtiendo, no es necesariamente cierto. Ahí están para ver y ser vistos. No los estoy criticando, yo tengo amigos así. me caen muy bien, que vaya a esos lugares Yo, ya he ahí otro asunto. Por el otro lado, al otroooo rincón del bar tenemos a los limpios. Si, así de feo, limpios. Maes y doñas que piensan que una noche en un lugar así es inolvidable. Los maes sacan su ropa de domingo, su misma camisa de botones de bautizos, entrevistas de trabajo y cualquier otra situación. Los zapatos son los del cole o esos que les regalaron en navidad cuando ya se veían mamulones. Con respecto a las mujeres, es fácil topar a una limpia en un bar de estos. Son las que se visten como si no hubiese un mañana. Escotes que las asfixian a ellas y les sacan los ojos a los demás. Tacones tipo zancos, lentejuelas o ropa visualmente mareante y maquillaje que... dejémoslo ahí mejor. Los lugares no tienen la culpa, son negocios, se esmeran para llegar al mismo punto que buscan todos los demás, ganar plata para mantenerse, pero hasta ahí llega el respeto. Cuando en la puerta hay un par de gorilas anémicos jugando de terratenientes, bartenders que no saben ni servir agua pero piensan que son Tom Cruise en "Cocktail" y un montón de clientes con cara de inquisidores ya ahí hay algo mal. Recomendaciones o bueno avisos:Prive, Gaira, Oblique, Blu, Home y para los limpios que no llegan ahí Nova.
Si parece que hable mucho de un solo tipo de bares, pero en realidad, de cuales de todos esos es de los que más escuchamos a la gente quejarse y hablar. Esto no es una campaña en contra de esos lugares ni de ningún otro. Como dije antes, respeto lo que hacen y su enfoque, al fin y al cabo todos tenemos que buscar de adonde sacar plata para comer. Pero cuando se trata de imponer políticas ridículas de comportamiento y demás ahí si no esperen rosas de mi parte, pedradas si les ofrezco en nombre de todos los que han hablado =D.

Ya fuera de varas, que pereza con los lugares así. Cuando es que les va a llegar el mensaje de que vivimos en Costa Rica, no en Londres o New York. Ojala también que cuando lo lean, lean bien la parte adonde dice que en ninguna de esas ciudades cosmopolitas se ponen en tantas m...ierdas. Yo ya hice todo el Eurotrip necesario y estuve en los clubs y bares necesarios para ver que si en España o otros lugares no se ponen en tantas varas para que lo van a hacer aquí. No nacimos aristocráticos, las familias de dinero viejo aún así eran unos "piso'e'tierra" más. Aquí somos gente simple, pura vida, sin complejos de superioridad falsos e innecesarios. No se paseen en el dibujo, porque di al fin y al cabo, aunque vista a una mona de seda, mona se queda.

Daniel El Chef Canibal...

3 sept 2010

¿Qué te gustaría comer hoy? Sí, a vos.

Hace mucho tiempo quería escribir una entrada, porque aun no las cocino muy bien (mal chiste). He tenido ideas y las he desarrollado en mi cabeza mil veces, pero en ese desorden, las ideas no se acomodan. Lo escribo desde la perspectiva de comensal, soy una de ustedes, todos lo somos, lo demás, hasta en unos años. Ya me logré sentar, no he dormido mucho, pero aquí estoy, tenerme acá sentada ya es un avance, a lo que vinimos.

Vivimos en Costa Rica, aquí o se habla de ‘usted’ o se habla de ‘vos’. No se habla de ‘tu’, punto. Esa regla es definitiva, en cambio la primera regla tiene más reglas, como que se habla de ‘usted’ a las personas que uno no conoce, por respeto, o ese enredo de los ticos que si son amigos o se tiene mucha confianza se le habla de ‘vos’, pero si se le tiene todavía más confianza, se le habla de ‘usted’. ¿Qué con esta clase de español? No más formalismos.

Que ganas de salir a comer afuera, lo que sea, desde un BBQ coreano hasta las hamburguesas que habló Daniel unas entradas antes. Uno se alista, se monta al carro, al bus, camina, entra, hace fila o se sienta y llega la hora de ordenar. En eso el mesero, o mesera, se acerca, y dice “Buenas, ¿cómo estás? ¿Qué te gustaría ordenar?”. Alto ahí. Es probable que he venido aquí antes, pero ¿desde cuándo somos compas? Nada mejor que un buen servicio, pero a mí hábleme de ‘usted’, ni mi papá me vosea. Al cliente, con respeto, no por ninguna jerarquía social, eso jamás, más porque es posible que nunca antes nos hayamos visto. No sé si soy la única que lo nota, o la única persona que le molesta, pero yo vine a comer. Con los años he tratado que detalles así no me molesten, en realidad algo así no me haría levantarme e irme, o tratar mal al mesero, así no funciona. ¿Que me gustaría que me hable de ‘usted’? Me encantaría.


¿De quién es responsabilidad enseñarle eso a los meseros o trabajadores de algún restaurante, hasta de alguna tienda, que se evite el voseo, aun peor el tuteo? El jefe supongo. Apuesto que muchísimas veces les dicen, pero igual lo hacen. ¿Qué culpa tienen los jefes o hasta los mismos meseros de las costumbres de nosotros los ticos? Tengo que aceptar que me incomoda que me hablen de ‘vos’, no obstante por eso uno respondería con mal trato. No hay nada mejor que fraternizar con el o la mesera, más de una vez uno sale con una sonrisa, anécdotas y un postre de cortesía, además de asegurarse que la próxima visita recibirá una atención especial.

Ahora sí, algo que si es molesto, que no todos los comensales viven es otra rama de esa confianza extraña que los meseros tienen. Volvemos al cuento, quiero comer, llego, me siento, “¿qué querés ordenar Beba?”. Y esa es una historia verídica. Los hombres no sufren, tal vez ni entienden, porque están acostumbrados al normal, ‘mae’, ‘jefe’, ‘macho’, pero yo no soy bebé, ni suya ni de nadie, mucho menos su Mamá o su cielo. Tal vez la mayoría de los casos no existe una mala intención, pero a mí como mujer, me incomoda. Si se mantiene durante toda la experiencia culinaria, todavía más. Ahora qué hacer en una situación como ésta es sencillo, seguir la corriente, para prevenir que le escupan a uno en la comida o le pisoteen la carne, no digo que estas sean prácticas comunes, yo qué sé.

El punto es que salir a comer no debería ser así, debería ser un momento de máximo disfrute, con amigos, con la pareja, solo, para pasarla bien comiendo. Invito a notar estas faltas mencionadas anteriormente, para pararlas si se tiene el poder o para acordarse que leyó esto y reírse de la cara de loca que seguro hago cada vez que me dicen “ya te traigo la cuenta, linda”. No me malinterpreten, yo quiero mucho a los ticos y a los meseros, no trato de insultar ni herir a nadie, solo es una reflexión. En mi observación soy yo la que salgo perdiendo, lo acepto. Porque a fin de cuentas, no vamos a socializar con el mesero, vamos a comer.
Entonces, ¿qué querés comer?

luchi.