9 oct 2010

La primera última cena

   Jesús y sus compinches tuvieron un cena así. Se dice que cuando un reo esta en su última noche antes de ser ejecutado le dan el chance una última velada comiendo lo que sea que quieran. Otros más puristas podrían tomar la primera última cena como la primera vez que uno siendo bebe come en la noche, pero si ese fuese mi punto de vista para escribir esto, estaría poníendole más atención al partido de Saprissa y el Puerto. Yo lo veo desde el punto de vista de el novio o novia en la primer cena familiar de su pareja. El o la profesional en su primer cena con su jefe y gente importante de la oficina.Y por último, del punto de vista propio, de los canibales urbanos que hace poco tuvimos una experiencia así.

   Para entender a fondo el funcionamiento de estas experiencias tenemos que tomar en cuenta ambos lados del evento. El que llega y el que pone. Siempre ambos piensan que el otro la tiene más fácil pero no. Veamos un lado y luego el otro. Tenemos al que pone, el anfitrión, el que invitó, el de la idea. Este se encarga de ver que todo este bien, de que el restaurante que se escogió, o el menú casero para la noche sea perfecto y a prueba de balas culinarias. Se toma a pecho el adonde siento a X ya que no se lleva con Y y se toma todo su tiempo estudiando el que, como y cuando decir y hablar de cada cosa.  Por el otro lado tenemos al invitado, el que llega, la presa homenajeada. El no sabe todo lo que esta pasando tras bambalinas de la velada. Pero tiene sus propias cuestiones que lo hacen pensar mucho las cosas. ¿De que tengo que y puedo hablar con confianza?, ¿Tuteo o ustedeo a los demás?, ¿Tomo o no tomo?. Muchas cosas se pueden pensar y creanme siempre la gente hace de una gota todo un diluvio con estas reuniones.

   Cuando llega la hora clave, todos se reunen, se ven y de ahí en adelante todo lo que practicaron, pensaron y premeditaron se va para la patada tan rápido como botellazo de mujer pública de dudosa proveniencia. Ya con esto visto entremos a un ejemplo, el del día de la primera última cena de los Canibales Urbanos y la gente de Casa Tripartito.

   Desde hace un par de semanas el director de Tripartito Juan Manuel, Alonso y yo nos hemos estado reuniendo planeando unos proyectos que muy seguramente los van a hacer volverse locos a ustedes de la emoción (ustedes saben que sí). Hablamos de un restaurante itinerante, de talleres de cocina, de noches temáticas, miles de ideas con las que podríamos dar a basto para por lo menos un año totalmente cargado de actividades tripartitamente canibales. Esas reuniones eran dignas de ser grabadas, porque era como el principio de una receta de algo que si se trabaja bien será exquisitamente exitoso. Eran horas y horas de hablar, de montar, de idear e imaginar situaciones y momentos, adonde todo lo que veíamos era perfecto. Armamos el plan, presupuesto y demás y ahora solo quedaba una cosa, hablar con el resto de gente de la casa para ver que les parecía y ver como empezabamos a formar esto entre todos. Nuestra primera última cena se había formado y pactado.

    Ese sábado lo habíamos preparado mucho, entre pulir todas las ideas que queríamos presentar, habladas que teníamos que decir, yo con el menú que serviría para poder enamorarlos con la comida por lo menos. Cuando llegó la noche eramos Juanma presentando su parte como tripartito y yo presentando la mía en nombre de los canibales. Por razones fuera de alcance ningún otro canibal pudo ir pero eso no nos detuvo. La noche empezo tranquila, el menú fue chorizos en cerveza, un ragout de berenjena y comino y un plan innovador que era a prueba de balas. Después de comer contamos nuestro testimonio de las ideas que tuvimos y demás. Los demás nos escucharon con atención y esperaron a que dijeramos todo lo que teníamos para decir que pensaban.

    Durante unas horas hablamos, discutimos, opinamos y cambiamos nuestros planes. Los miembros de la casa que es Casa Tripartito se unieron para empezar a lograr un proyecto grande y ambicioso Así fue, siguió y terminó nuestra cena. Ahora solo queda esperar a ver que puede pasar con eso pero de algo estoy sumamente seguro. Creo, no, perdón, aseguro, que ustedes que leen esto van a querer saber más de lo que hacemos y nos van a ayudar a que todas nuestras ideas salgan hacia adelante muertas de risa. Desde ahora les agradecemos y los esperamos para acompañarnos en nuestra siguiente primera última cena.

Daniel El Chef Canibal...
  

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