20 ago 2010

Los colores de la verdad

Quisiera poder empezar esto con una introducción bonita, llena de esperanza y de elogios para los imputados, pero naaaahh... como siempre el son canibal canta que lo que es bueno es bueno y lo que no... di no. Mejor empecemos de un solo para poder tener todo el espacio posible para decir lo que pienso. Claro, antes deberíamos encomendarnos como cuando uno se confiesa o se confesaba. Yo no se, no me confieso desde hace como 15 años, pero creo que la rutina era decir tres veces "ave maria purisima, sin pecado concebida". Listos, bueno démosle entonces.

¿Como es posible que Costa Rica, un país que basa parte de su economía en el turismo carece en GIIIIIGANTESCA forma de restaurantes dignos para comer y dar un servicio apto? Y no solo hablo de restaurantes independientes, aquí la cosa es pareja, los hoteles también pecan por tener unos "chistes" de restaurantes y servicios de comidas. En la gran mayoría es a mucho comida de un cattering service que está pasando por una buena racha, pero hasta ahí. Es jocosamente triste ir a San José y ver a la gran mayoría de turistas, o comiendo en una soda adonde ni saben que es lo que les están ofreciendo, o haciendo fila en la Mcdonalds, Burger King, o KFC. O bueno comiendo en ese hotel que todos conocemos pero que pocos aceptan que han ido, ese color papaya, adonde lo que seguramente se come es de todo menos alimentos.

Uno podría pensar que el problema es de la gente que maneja los restaurantes y hoteles, pero no, el problema empieza desde la raíz. Los costarricenses carecen de una cultura gastronómica. Que quiero decir por eso, sabemos comer pero no disfrutar y demandar calidad. Para nosotros el acto de comer todavía significa lo mas precario, una manera de no morirse día a día. Cada vez perdida si nos tomamos el tiempo para comer como se debe y disfrutar, pero aceptémoslo, eso pasa igual número de veces de las que vamos corriendo a Cartago. Si ud es maratonista haga caso omiso a ese comentario, fijo le creemos que ud si va a cada rato.


Hoy en día en Costa Rica se esta dando la moda de estudiar cocina como en su momento fue moda estudiar turismo, terapia físca o administración. Pero que pasa, uno habla con algún aspirante a chef y el 80% están ahí porque piensan que uno va a ganar millones apenas se gradua, o que un hotel va a pescarlos y darles el puesto de chef ejecutivo apenas salen. Sorry pero esa nube adonde vuelan tan alto esta tan llena de aire como la cabeza de una presentadora de noticias de farándula. Uno tiene que pulsearla demasiado con un poco de mucho encima. Son muchos los sacrificios por delante y entonces que pasa, al ver que la cosa no es ni en un 0.01% tan color de rosa como piensan, muchos abandonan la operación y los que se quedan no hacen por donde para levantar. Ahí se estancan en un conformismo mas tieso que pan de quince días y eso es el factor más influyente en el porqué la cocina costarricense está tan MAL.

Hace un par de días estaba hablando con Luchi, una canibal más aspirante a chef y que fijo nos va a dejar sentados a todos con lo que hará y di no tuve otra reacción más que estallar y desahogarme de cierta forma en contra del sedentarismo culinario que nos acosa. Como es posible que nos dejemos emocionar por un pollo asado mediocre de un lugar que todos son parecidos y que parecen ranchos. En que momento nos dejamos dominar por hamburguesas que ni usan carne de verdad sino algo llamado Masa Cárnica. Todas esas reacciones son lo que esta matando nuestra ya agonizante industria culinaria. Aquí a como aparecen mediocres chistes de chefs también aparecen muy buenos soldados de la causa. Gente que sabe lo que es querer cocinar y esforzarse para que algo sale bien. Viviana Diaz, Rodrigo Vargas, Jared Moya, Mariana Martinez, Pedro Venegas, Roberto Lai, Dianella Sudasassi en postres, todos esos son nombres, si, pero son nombres de chefs muy preparados y profesionales, maes que valen la pena, que debido a la falta de todo aquí no logran llegar a estar en el lugar que se merecen.

Lo único con los que los puedo dejar, no es con tirar un slogan de campaña política tipo "El cambio lo tienen ustedes" ni nada así. Tampoco les puedo decir que dejen de comer todo lo que ya comen y que busquen a loc chefs. Lo único que les puedo decir es que di, aquí hay buena mano de obra, hay producto de sobra que muchos envidian y hay ganas. Ayuden a que esto crezca y no a que muera. Nosotros, la nueva camada de chefs estamos para hacer cosas muy buenas y darle a Costa Rica la escena culinaria que merece, nada más espérenla y cuando llegue, vuelvanse locos con nosotros. He ahí un color más bonito para la verdad.

Daniel el Chef Canibal...

1 comentario:

Pepin Canibal dijo...

Comparto la decepcionante realidad de nuestras cocinas, hablando como tico que soy y como Chef q ama lo q hace. Por eso me quito el gorro por Danny, un mae que junto con este servidor sueña con ver algún día la cocina costarricense puesta a un cierto nivel óptimo de calidad, autenticidad propia y aceptación verdadera por lo q realmente es; no por como lo hacen ver. Como dice mi amigo caníbal, lo q es bueno es bueno y lo q no… no, tan simple como eso. Por eso es imperativo q nosotros los de la nueva generación de cocineros y chef, pero solo los q realmente nos importa la vara y vivimos para ello, hagamos esa pauta y empecemos a hacer comida buena, de calidad y sabrosa; así como Dios en su infinita sabiduría siempre ha querido. Ya hay q cambiarle estos turbios y tristes colores a la realidad culinaria de ticolandia. Me es vergonzoso como en muchos libros de gastronomía mundial las referencias que hacen de Costa Rica, gastronómicamente hablando, no sobrepasan los dos párrafos; pero mas q vergüenza me da rabia. Por eso, y que todo el mundo lo sepa, yo quiero así como muchos también lo quieren, tomar la paleta y el pincel y darle unos colores más vivos y alegres a la escena gastronómica costarricense. No es fácil, pero alguien tiene q hacerlo. Así q Danny…no estas solo en la lucha!!!!!!!